SERES
MÁGICOS SIMILARES
Fauno
era, en la mitología romana, una de las divinidades más populares y antiguas, es
también identificado con el griego Pan debido a la similitud de sus atributos.
Fauno en latín es Faunus, (el favorecedor, de favere o quizá el portador de
fari) era, en la mitología romana, una de las divinidades más populares y
antiguas. Fauno fue adorado en dos roles diferentes: como el dios de los campos
y los pastores, y como una divinidad oracular y profética. Como deidad rústica,
era un espíritu bueno del bosque, las llanuras y los campos, y cuando hacía
fértil al ganado se le llamaba Inuo. Como dios profético, llamado por el nombre
de Fatuo, se creía que revelaba el futuro al hombre parte en sueños y parte
mediante voces de origen desconocido, que eran comunicados a quienes iban a
dormir en sus recintos, tumbándose sobre la lana de los corderos sacrificados.
El
Sátiro (del griego Satyros) es una criatura de la mitología griega que encarna
la fuerza vital de la naturaleza. Los sátiros, relacionados con las Ménades, forman
el cortejo dionisiaco que acompaña al dios Dionisio o al dios Pan. Su
representación es variada y algunas veces confusa con faunos y otros seres. La
más común o aceptada es la de criatura mitad hombre, mitad carnero, con orejas
puntiagudas y cuernos en la cabeza, abundantes cabellera y barba, nariz chata,
cola de cabra y priapismo permanente. Los menores son llamados “Satyrisci” y
suelen aparecer como graciosos y jóvenes. Los más mayores son llamados “Silenos”
en referencia a Sileno preceptor de Dionisio y suelen aparecer con una gran
fealda, con una copa o un tirso en la mano y en actitud de bailar con ninfas.
Mientras
que Pan, era el semidiós de los pastores y rebaños en la mitología griega. Era
especialmente venerado en Arcadia, a pesar de no contar con grandes santuarios
en su honor en dicha región. En la mitología romana se identifica a este dios
como un Fauno. Pan era también el dios de la fertilidad y de la sexualidad
masculina. Dotado de una gran potencia y apetito sexual, se dedicaba a
perseguir por los bosques, en busca de sus favores, a ninfas y muchachas. Vivía
en compañía de las ninfas en una gruta del Parnaso llamada Coriciana. Portaba
en la mano el cayado o bastón de pastor y tocaba la siringa, a la que también
se conoce como Flauta de Pan. Como deidad, Pan representaba a toda la
naturaleza salvaje. De esta forma, se le atribuía la generación del miedo
enloquecedor. De ahí la palabra pánico que, en principio, significaba el temor
masivo que sufrían manadas y rebaños ante el tronar y la caída de rayos.
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