sábado, 6 de mayo de 2017

LAS ONDINAS

NO SON CONSCIENTES DEL MAL QUE HACEN
Ondinas son una variedad de ninfas, propias de lagos y aguas dulces. Su formación transcurre en las mismas condiciones que las de cualquier ninfa pero, normalmente, son fuerzas elementales del agua las que dan vida al cuerpo femenino. Las ondinas tienen el cuerpo azulado o verde, los dedos de las manos y pies ligeramente palmeados, las orejas puntiagudas y los cabellos muy largos y azules, amarillos o verdes. Pueden respirar tanto en el agua como en el aire. Son criaturas muy alegres y traviesas, y se dice de su risa que es capaz de hechizar a los viajeros y marineros que se encuentran con ellas, hasta el punto de perder la voluntad. Las ondinas no son malvadas, su carácter es neutral, sin embargo siempre se ha pensado que son perversas debido a las miles de historias sé que cuentan de cómo algunos pescadores han encontrado la muerte al tener cerca de una ondina. Se divierten jugando con los humanos que andan cerca y, muchas veces, mueven las aguas provocando unas enormes corrientes, y así continúan hasta que ahogan al pescador o viajero, acontecimiento que les resulta muy divertido. Lo cierto es que no siempre son conscientes del mal que hacen. Algunas ondinas incluso se han llegado a enamorar de humanos convirtiéndose, a partir de ese momento, en sus mayores protectoras. Una antigua leyenda cuenta que las ondinas no tienen alma y, que si encuentran una pareja humana con la que tener un niño, encuentran también un alma, aunque a partir de ese momento el dolor y el sufrimiento son más intensos.
Ondina es la heroína de una leyenda alsaciana. A su nacimiento todas las hadas del vecindario se reúnen en torno a su cuna y le proporcionan muchas cualidades. Su abuela, que también es hada, le proporciona una persistencia excepcional. Un día, Ondina es raptada por un joven noble que consigue enamorarla hasta tal punto que rehúsa ir a ver a su madre enferma. Como castigo, su abuela la condena a amar por siempre al joven noble. Este, cansado de ella, finge creer que esta le ha engañado con otro. Le dice que no la creerá hasta que no le traiga un jarrón enorme lleno de agua del río Niddeck. Tras tres días de marcha llevando ese enorme peso, Ondina cae exhausta al agua mientras rellena el jarrón. Su abuela, el hada, va a rescatarla y para evitarle continuar sufriendo a causa del noble, la transforma en una ninfa protectora de las aguas del río Niddeck. Desde entonces, en los días de tormenta, se ve su reflejo en el agua de las cascadas del río. E igualmente en la actualidad existen variedades de leyendas, cuentos o hasta maldiciones. Ya que en la mitología se cree que hay ninfas, es decir hadas, que se encargan del orden del medio ambiente. Así como también, que son las encargadas que no se altere la naturaleza.

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